El riñón es un órgano par situado en el retroperitoneo, esto es, por detrás de la cavidad abdominal. La ventaja que presenta la existencia de dos riñones es que la función de uno puede ser perfectamente suplida por el riñón contralateral en caso de patologías localizadas y unilaterales; no obstante es importante un buen diagnóstico en cualquier situación con el fin de minimizar el impacto y preservar al máximo todo el tejido y función renal posibles.
Patología benigna de riñón
La litiasis o cálculos renales supone una patología muy amplia dentro de este grupo si bien afecta al sistema colector y transportador de orina -la vía urinaria- pudiendo manifestarse a todos los niveles de la misma: riñón, pelvis renal y uréter, vejiga y uretra.
La finalidad del tratamiento de cálculos renales es facilitar su expulsión, conseguir su fragmentación y eliminación si no se pudiesen expulsar espontáneamente y prevenir su reaparición.
Dentro del bloque de patologías benignas también se encuentran las infecciones del riñón o Pielonefritis, generalmente por migración de microorganismos hasta el riñón o bien asociadas a otras complicaciones de la vía urinaria como cálculos u obstrucciones en la evacuación de orina como la estenosis de la unión pieloureteral (UPU) que suele requerir un tratamiento quirúrgico.
Patología malgina del riñón
El otro gran grupo de patología renal es el cáncer de riñón. Debemos de tener en cuenta que sigue siendo la neoplasia urológica más letal, y a pesar de los avances, en este caso no se ha conseguido mejorar la mortalidad, aunque sí su diagnóstico precoz.
Afortunadamente, entre un 70-80% de los tumores renales en nuestro medio se diagnostican de forma incidental, esto es por casualidad a través de exámenes médicos de otra índole, lo que está directamente relacionado con un diagnóstico precoz del cáncer de riñón permitiendo altas tasas de curación.
La piedra angular del tratamiento del cáncer renal es la cirugía, que consiste en la extirpación del tumor cuando éste está localizado en riñón, intentando preservar tejido renal sano (tumorectomía o nefrectomía parcial) o bien extirpando completamente el riñón (nefrectomía). Más del 95% de los casos se pueden intervenir mediante cirugía robótica Da Vinci®.
Estados más avanzados en donde se observan lesiones en otros órganos requieren de una valoración integral y la necesidad si es viable de fármacos específicos acompañado de cirugía en algunos casos.
